Pese a que la nueva legislación de control de legionella elimina el concepto de instalaciones de menor y mayor riesgo, incluso aglutina los sistemas de agua fría y caliente bajo un mismo manto: “agua sanitaria”.
Para ello, es necesario tener muy en cuenta el riesgo de aguas sin climatizar que pueden ser pulverizadas y realizar un mantenimiento ajustado a las necesidades de la instalación. Especialmente, los sistemas de agua fría sanitaria, riego por aspersión, sistemas contra incendios, fuentes ornamentales y circuitos de lavado de vehículos.
En este tipo de sistemas, el control analítico de microbiología obligado por normativa, no es demasiado exigente, por lo tanto es necesario poner mucha atención en el mantenimiento periódico para tener controlado el riesgo potencial. Por poner solo dos ejemplos:
- Para realizar un tratamiento de limpieza y desinfección efectivo, es vital que las instalaciones sean accesibles, también es muy importante eliminar durante el proceso cualquier traza de corrosión, incrustaciones o verdín, que de no hacerlo, pueden actuar de sustrato para la bacteria. Posteriormente, en el proceso de desinfección, hay que asegurar las concentraciones de desinfectante y el tiempo de actuación recogido en el Plan de prevención y control de legionella.
- Las revisiones periódicas de los elementos componentes del sistema deben ser de carácter técnico e higiénico-sanitario, orientadas a detectar y corregir mal funcionamiento del sistema y/o procesos de ensuciamiento.
Para poder efectuar un control de legionella de forma certera es imprescindible contar con el asesoramiento de los mejores profesionales, que incluya en inicio el diagnóstico y revisión de la instalación y la elaboración de un plan ajustado a las necesidades de la misma.
En Traconsa tratamiento y Consulting contamos con más de 35 años de experiencia en la resolución de problemas potenciales en estrecha relación y cercanía con el cliente.