En verano los insectos voladores se intensifican. Moscas, mosquitos, abejas y avispas son las protagonistas en piscinas o jardines siendo una molestia con el riesgo de sufrir una picadura.
A la hora de decidir si realizar un tratamiento de desinsectación tienes que conocer de qué tipo de insecto se trata. Surge aquí la duda de si están protegidas las abejas y cómo diferenciarlas de las avispas.
Las abejas, especie protegida
Sí, las abejas son una especie protegida y el motivo de ello es que sin ellas a los humanos nos quedarían sólo unos años de vida. Según David Hammerstein son esenciales para la supervivencia de la vida en la tierra.
Las abejas son más importantes de lo que pensamos y es que la producción de alimentos a nivel mundial y la biodiversidad terrestre dependen de su polinización. Las abejas entre otros insectos como mariposas y abejorros son grandes responsables de ese proceso y su progresiva disminución nos está poniendo en riesgo.
Las poblaciones de abejas se están viendo disminuidas por factores como la agricultura industrializada, el uso de plaguicidas y el cambio climático. Otros factores como las invasiones exóticas (Vespa velutina) y la pérdida y deterioro de hábitats también son causantes de su disminución.
Se ha calculado que el valor económico de la labor polinizadora que realizan las abejas es, sólo en España, de más de 2400 millones de euros. Además, la miel pura es un bien muy codiciado y un gran alimento que se puede ver en riesgo ante este descenso de poblaciones de abejas.
La multitud de amenazas que sufren las abejas han llevado a declarar varias especies en peligro de extinción y una ley que las protege. Esta ley es aplicable a la abeja melífera silvestre (la que se encuentra en su estadio natural) y es la Ley 42/2007, 13 de Diciembre, del Patrimonio Natural de la Biodiversidad.
Ante la situación de desaparición de las abejas, la UE aprobó una prohibición temporal del uso de plaguicidas de la familia de los neonicotinoides que afectan a las abejas. Se creó también el primer programa de vigilancia sobre el despoblamiento de las colmenas en 17 países europeos.
La solución a este problema no sólo está en manos de la clase política ante el desarrollo de planes integrales para salvar a las abejas y la prohibición total de productos tóxicos. Sino que también está en manos de los agricultores, con un cambio en sus prácticas de cultivo y en nosotros mismos tomando prácticas respetuosas con todos los habitantes del planeta.
Qué hacer ante un enjambre de abejas
Ahora bien, si encuentras un enjambre de estos insectos en primer lugar debes asegurarte que, verdaderamente son abejas y no avispas, pues se pueden confundir. Una vez reconocidas que son abejas, no puedes quitar el enjambre por ti mismo y mucho menos matarlas, pues son una especie protegida.
El protocolo a seguir si encuentras un enjambre de abejas es llamar a los bomberos o autoridad pertinente, ellos son los que se encargarán de quitar el enjambre. Este proceso debe realizarlo un apicultor profesional y, una vez quitado el enjambre se hacen cargo de estas abejas con el fin de mantener su población.
Esta retirada se tiene que hacer por la noche para no entorpecer la actividad de estos insectos. Para ello ponen un núcleo para abejas a primera hora de la mañana y lo retiran al anochecer.
El motivo por el que debes llevar a cabo este protocolo en caso de encontrar un enjambre de abejas es que son una especie protegida. Y como expresa explícitamente el artículo 52.3 de la Ley la prohibición de «dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico».
Traconsa, como empresa de control y diagnóstico de plagas ofrece a sus clientes la posibilidad de detectar a las abejas con drones. Gracias a esta herramienta, puedes alcanzar mejor las cornisas y copas de los árboles para garantizar que efectivamente de lo que se trata es de un enjambre de abejas.